Tanto para las empresas como para las personas como un individuo, es importantes lograr que se consiga un correcto equilibrio entre los ingresos y los gastos que se tienen, ya que alcanzar este objetivo representa una cierta tranquilidad y puede traducirse en bienestar tanto para las empresas como para las familias de cada persona. Para alcanzar esta meta de bienestar es importante tener en cuenta tres aspectos fundamentales, entre los cuales se encuentran: tener claro el dinero que se gasta en relación con lo que se recibe, evitar entrar en endeudamiento financiero, y proponerse metas de ahorro.

El principal paso para alcanzar estas metas de equilibrio financiero es alcanzar una correcta gestión financiera. La planeación estratégica se puede entender como un proceso en donde se define y se plantea una ruta en un mediano y largo plazo para alcanzar una serie de metas y logros organizacionales, mediante el análisis de la situación actual de las empresas y la situación a futuro que se desea llegar mediante la gestión contable y financiera que se espera. El principal objetivo de la planeación estratégica es poder responder a los cambios internos y externos, de manera que la empresa logre mantenerse competitiva en el mercado.

A través de la correcta implementación de una planeación estratégica, las empresas podrán definir su visión, y luego de tenerla definida poder implementar y definir un conjunto de acciones y estrategias para lograr la visión a futuro que se espera de la empresa. Por medio de una administración financiera optima se espera alcanzar una serie de objetivos principales, entre los cuales se encuentran: Identificar prioridades en el plan de negocio, asignar correctamente los recursos entre cada área de la empresa, ser la herramienta clave en la toma de decisiones. Una vez se cumplan dichos objetivos, se pueden evidenciar los frutos de hacer esta planeación financiera tal como priorizar los recursos, controlar y evaluar, incrementar el sentido de pertenencia, definir una organización horizontal y rentabilizar el presupuesto.

Se han evidenciado múltiples beneficios de establecer una planeación y una gestión estratégica y financiera, ya que se genera un mejor control acerca de la gestión interna donde se establezcan metas claras y cómo se espera el cumplimiento de estas. Así mismo, se promueven incentivos para al capital humano a través del cumplimiento de metas de la empresa y de cada uno de los trabajadores y además se mejora el flujo comunicacional, el aprendizaje y la autoestima organizacional, generando así un ambiente más eficiente. Consolidando asó, una estructura más eficiente, ya que al optimizar el uso de los recursos físicos y financieros, se percibe una rentabilidad más alta.