Te animaste a hacer tu propia empresa, muy bien; todos esperamos que nos dé ganancias, ¿las estamos logrando? Parecería que emprender es no solo poner en práctica lo que sabemos o nos gusta hacer. Una parte fundamental de las empresas es tener finanzas sanas en ellas, y lograrlas tiene su chiste.

Sin una contabilidad positiva cualquier emprendimiento muere, así haya las mejores ideas e innovaciones. Unas finanzas sanas son esenciales y corromperlas es sumamente fácil; mantenerlas sanas es quizás complicado, pero no imposible.

Si eres emprendedor, quizás debas echar un vistazo a estas 5 claves para saber si estás cobrando lo justo. Recuerda que tu producto o servicio tiene un precio y lo que cobres dará vida a tu empresa.

 

 

Revisa los costos y ganancias de las empresas consolidadas y que ofrecen lo mismo o algo parecido a lo que deseas vender. Así te darás una idea de cuánto debes cobrar tú.

Por muy innovador que seas, hay cosas que no cambian de empresa a empresa, como los procesos de cobranza.

Recuerda que si vas a cobrar igual o incluso más que las empresas más caras de tu entorno, debes superar lo que ellos ofrecen.

Cobrar más barato para atraer clientes puede no traer los mejores resultados pero sí pérdidas.

Tras revisar el mercado, haz cuentas y cobra lo justo y periódicamente premia la lealtad de tus clientes con descuentos y promociones, pero nunca regales tu trabajo.

Recuerda que debe haber un equilibrio entre tus necesidades personales y como empresa, la satisfacción del cliente y el ser competitivo ante las empresas que están en tu rubro.

 

 

Ellos ya han comprado en otros lados y si les das caro o barato te lo harán saber.

Si das muy barato y eso te produce pérdidas, ajusta tus precios y retén a tus clientes con un buen servicio y no solo por lo que cobras.

Tus clientes además te harán saber varias cosas más. Nunca minimices sus comentarios y peticiones, mejor agradece que te digan personalmente lo que opinan de tus precios y servicios; es preferible que seas tú el primero en saberlo cara a cara y no el último y por otras personas.

 

 

Recuerda que no solo es comprar materia prima para surtirte y volver a producir. Hay que contemplar todo lo que gastas en aras de ofrecer algo al público.

No quieras que tu empresa te haga rico de la noche a la mañana, así que no les cargues a tus clientes el precio de tus ambiciones personales, pues estas serán cubiertas con el tiempo.

Lo anterior tampoco significa que tu emprendimiento apenas sobreviva con las ganancias.

 

 

Es importante que nuestro emprendimiento nos deje ganancias económicas que satisfagan no solo nuestras necesidades básicas, sino otras menos elementales, como algunos gustos personales.

Las finanzas sanas las da un negocio sano y consolidado, lo que no se logra al instante, debe pasar tiempo, pero no pierdas de vista la razón por la cual emprendiste.

Haciendo lo anterior identificarás cuando sea la hora de recoger frutos, reinvertir algunos de ellos y los otros disfrutarlos.

 

 

Un emprendimiento conlleva mucho esfuerzo y grandes ausencias en casa, pero hay una frontera que nunca debemos perder de vista y si la sobrepasamos aunque sea por momentos, que valga la pena lo que recibimos económicamente a cambio.

Si el desgaste es demasiado, ha pasado un tiempo considerable y no hay satisfacciones, hay que revisar por qué no se percibe lo justo por tanto esfuerzo.

Quizás haya que ajustar los precios al público o eliminar o reducir algunos costos. Ahí está la clave.

Posiblemente el mercado no permita hacer cambios drásticos en las tarifas, pero siempre hay un margen de maniobra, tal vez no muy significativo, pero lo hay.

Lo importante es nuestra satisfacción, pues eso es lo que nos alienta a seguir adelante con nuestro emprendimiento.

Y si hay personas que dependen de nosotros, sean empleados o familia, también cuenta su satisfacción.

Un empleado insatisfecho no hará bien su trabajo y nos abandonará por una empresa donde sí muestre todo su potencial.

Y si nuestros dependientes son familiares, aunque no nos ayuden con el trabajo, la satisfacción debe ser aún mayor. No olvides que dejas de pasar tiempo con ellos y no satisfaces sus necesidades afectivas a cambio de dedicarte al emprendimiento.